10/06/2005

Hace tiempo que no escribía porque tampoco tenia nada interesante que contar. Entre el trabajo, el trabajo y el trabajo, no he podido.
Bueno, la cosa es que ayer estuve con una persona muy especial para mi, hacia mucho tiempo que no la veía, mas bien, hacia mucho tiempo que la evitaba, porque no me sentía con fuerzas para verla. La verdad es que me costó bastante no decir que no, y presentarme allí, porque estaba demasiado perdido, no sabía como afrontarlo, estaba demasiado nervioso y la cabeza me iba a mil.
Serian más o menos las dos de la tarde, y quede con ella para comer, no sabia si salir corriendo y no enfrentarme cara a cara, si lo hubiese pensado más, seguramente lo habría hecho, pero tenía demasiadas ganas de verla.
Llegó y estaba increíble, preciosa, no había cambiado en nada, la veía incluso mejor que las últimas veces. Lo peor de esto es que me di cuenta que después del tiempo, seguía sintiendo exactamente lo mismo, incluso con más fuerza que antes, y claro, no se lo podía decir, no quería estropear ese rato que podía estar junto a ella. Fue todo bastante bien, un poco raro diría yo, algo distante para ser dos personas que llegaron a compartirlo todo, pero bueno, de eso no creo que tenga la culpa nadie, simplemente pasa, no te das cuenta y esa persona te parece en algunos momentos un extraño. De todas formas, me alegro de haber dado el paso, necesitaba verla aunque ahora me duela algo dentro, puedo aguantar el dolor, pero no podría aguantar el no verla.